martes, 20 de diciembre de 2011

Gordita me veo más bonita :3


Llevo unos días leyendo los blogs de mis amigos y varios blogs al azar. Tuve la "buena/mala" fortuna de encontrarme con blogs de personas que sufrían por ser gordos o de personas delgadas que sentían lástima (o a veces insultaban) a las personas gordas. Eso me hizo pensar durante todo el camino al trabajo. 

No puedo decirles nada en contra de los gordos. Eso de que son felices, es mentira. Pero no porque se odien. Los gordos son felices hasta que alguien los menosprecia por su peso. ¿Por qué?, porque es la primera vez que se dan cuenta que la sociedad los juzgarán por lo que ven y no por lo que son en realidad. 

Y comienza todo el proceso de odio. Odiar mirarse al espejo, odiar que te llamen a comer, odiar comer. Y luego, que no eres lind@, que das asco y un largo etc. ¿Y todo porqué? Porque la sociedad quiere delgados, porque quieres hombres esbeltos, porque quiere mujeres talla 36. ¿Y recuerdan que antaño las personas gordas eran más codiciadas porque tenían más probabilidades de sobrevivir? 

Me costó. La única vez que fui delgada pesaba 57 kilos, todo me quedaba ancho, tenía 19 años y medio y depresión crónica. Para llegar a ese peso no hice dietas ni nada. Mi depresión se encargó de mi inapetencia. Y no comer se volvió el pan de cada día. Cigarros, café y agua, nada más. Y si me obligaba a comer, era peor. Salí de eso, pero no niego que si estoy un día completo sin comer y no tengo hambre, me da miedo. Pero lo superé. Y, lógicamente, subí de peso. Porque siempre he sido alguien gordo. Porque no me molesta (ahora). Subí y recuperé mis rollos, mi cara redonda, mis piernas y brazos "rechonchos". Y la sociedad comenzó a exigirme delgada. Y empezó a gritarme que me quería delgada de nuevo. Nunca fui de las "gorditas simpáticas". Mas bien fui de las gordas con amigas flacas y lindas, que siempre usaron como puente para llegar a ellas. Entonces las oportunidades que se me abrieron siendo delgada fueron bastante tentadoras. Y al perderlas todas cuando volví a ser gorda no fue agradable. Pero abrí los ojos. Simplemente no eran reales. 

La sociedad siguió gritándome que me quería delgada. Y yo les golpee en pleno rostro y me tatué. Luego siguió exigiéndome. Y me tatué de nuevo. Me corté el pelo. Me lo teñí de verde, volví a tatuarme. 

Pasaron los años. Comencé a vestirme sin importarme cómo me veía "mientras hubiese armonía en los colores", no existía problemas. La sociedad me gritaba "GORDA!" tirándome su baba en la cara y yo salía de casa en pijamas a la Universidad. La sociedad me decía que era una vergüenza para ellos y que dejara de consumir tantas calorías, y yo me bebía litros y litros de cerveza. La sociedad me gritaba que nadie me querría gorda, y yo les mostraba que no quería a nadie.

La sociedad se rindió conmigo. Me criticó tanto mi peso, que dejó de importarme. Cada vez que siquiera alguien pensaba en insultarme con mi peso, aparecían mil cosas más que refregarme en la cara y no me importaban. 

No todos tienen la testarudez que yo. Pero el paso de los años me ha enseñado algo. No todos los gordos son felices, pero los que lo son, no les importa ser gordos. 

La sociedad me recuerda todas las enfermedades respecto al peso. Me recuerda que si no adelgazo, mi novio me dejará por otra más delgada. Me dice que si no bajo ahora, seré gorda siempre. No sé. El único punto que me interesa es lo de la salud. Pero mi peso ahora está correcto a mí. Si mi novio me dejara por otra más delgada, de plano no me merecía y punto (pero sé que no lo hará. Ya me lo ha demostrado n.n). Y, sinceramente, prefiero ser gorda siempre. ¿Por qué? Cuando eres gorda y alguien te quiere, te quiere a ti. No tu cuerpo, no el trofeo que puedas representar, no. Te quiere a ti y punto. Por eso los gordos asumidos son felices. Porque saben que el amor que sienten por ellos es real. 

Como ensaladas cuando quiero, pero si quiero comer pan con huevo revuelto, nada malo pasará en mi conciencia. 

Lo siento, Sociedad. Pero con esta gorda, no ganaste. 

Gorda, llena y feliz!! =D 

6 comentarios:

Moro dijo...

Amé tu entrada, soy gorda asumida y sin trancas :) tenemos que ir por un helado gigante XD

Besitos manis!

Joss Mclain dijo...

tienes toda la razón, eso de preocuparse por cada bocado es una paja, la única vez que hice dieta fue por un asunto medico y webeo de ser insulino resistente, pero eso paso y seguí mi vida, mas ordenada gracias la dieta que me dio la nutricionista, pero sin preocupaciones, si quiero comerme un helado gigante lo hago, porque es genial, disfruto de la comida y se que la gente que me rodea y me quiere me quiere asi, y eso es lo mejor, ahora lo único que me hace bajar de peso es el estres xD, pero no porque no coma :P, al diablo la sociedad que quiere tipas anorexicas, eso no va conmigo ni con los que quiero, te amo jade ^^

Cristian Mancilla dijo...

La sociedad, como la llamas, o el resto de las personas, como prefiero yo, es sumamente exigente en muchos aspectos: y esto hace que muchas personas sean incapaces de resistir la presión y terminen haciendo cosas que no quieren en virtud de que el resto se lo exige. Yo he tenido y tengo tantas diferencias con 'el resto de las personas' que ya no solamente les expreso mi desinterés por no hacer lo que me piden, sino que les echo en cara mi satisfacción en hacer algo que a ellos les incomoda.
No necesito ser gordo para ser el blanco de esta presión: basta con que no use ropa 'bonita', con que me deje el pelo largo y abultado, con que no me guste viajar, con que no me guste la música pop, con que disfrute dedicándome a las humanidades y con muchos otros detalles. Pueden parecer insignificantes, pero cada uno significa una increíble batalla porque alguien (a veces más de uno) piensa que no deberías evitar tal conducta y tú de inmediato notas que te incomodaría abandonarla. Entonces está la cuestión de si acaso deberías efectivamente modificar tu comportamiento porque Fulano piensa que hay algo negativo en él. Y Fulano no está ni ahí con que a ti te incomode: él está buscando su propia satisfacción (y la aplicación de normas consuetudinarias). Como yo trato de ser sincero y respetuoso, por lo general voy a mandar a Fulano a la punta del cerro (amablemente). Y me complace saber que también lo hagas.

Vavee Troncoso dijo...

Me sentí identificada.
Es extraño. Sabes que tengo una desvirtualización de la concepción del peso, así que no sé qué puedo decir.
Me gustaría tener la fortaleza para decir lo mismo que escribiste, para que no me importe pero, como te dije cuando volvimos a hablar en el café en Bellas Artes, es algo que no controlo.
Y te admiro, por pegarle una patada en el culo a la puta sociedad con sus prototipos o ideales de belleza infernales.
Te extraño. Ojalá resulte lo del lunes!

Lucía-yoquemebusco- dijo...

Hola Aly, llegué acá de casualidad pero me quedo; esta es la primer entrada tuya que leo y me compraste.

¡salú!

Lucía

~Adara~ dijo...

me llegó tu entrada jajaja
yo creo que es cosa de gusto en cuanto a gordos o flacos, y eso está bien, lo que está mal es la manera irrespetuosa que usa gran parte de la socieda para juzgar a las personas gorditas.
A mi en lo personal me gustan las personas delgadas y por ende yo he estado 'trabajando' para mantenerme bien, no por rechazo a los gorditos, sino que por un gusto personal. Una persona no deja de ser bella por unos kilos más o menos, una persona es hermosa en esencia... puedes tener una flakushenta frente a ti pero puede ser la peor de las bestias.

puede que a alguien no le gusten las personas rellenitas, pero eso no quiere decir que deba ser tan groseros, puede que estés dañando a una hermosa persona.

Además la belleza es subjetiva, por ende hay que respetar los conceptos de belleza de cada persona.

Yo me encontraba fea por ser gorda, luego me acepté tal y como era entendiendo que no tenía relación la belleza con mi peso, más bien mi actitud frente a ello. Me llegué a encontrar bonita, pero bajé de peso, para mí, no para las personas que me miraban, poco me importa ahora que ya estoy más grandecita, era mi salud y un gusto personal.

La salud es algo importante, no veamos la gordura o la delgadez como algo estético, siempre hay que tener límites para ser saludables, es más importante que vernos bonitos.