Hay momentos en que uno se siente vacío. Que todo acaba. Que no hay forma de volver atrás, y bajas los brazos y susurras "listo, ganaste, puta Vida...aquí me rindo". Y en ese momento recibes esa llamada. La persona que te salvará. La ÚNICA persona en este planeta que es capaz de sujetar a la mujer, a la niña, al monstruo, a la bestia, al bebé, a la infamia en la que te haz convertido. La que puede volver a hacer que una sonrisa nazca en el rostro que pensaste yermo. La que puede tomar tus gigantescas alas y tomarte a ti y llevarte como si no pesaras nada, aunque su rostro muestre todos los sacrificios que está haciendo.
Así estaba. Derrotada, con lágrimas, cohibida, desesperada por darme cuenta quién era yo, por notar lo que verdaderamente me ha pasado. Y no poder resistirlo. Conjurar maldiciones en contra de la amistad, que nadie me mostraba que existía. porque así soy, dudo fácilmente, porque siempre he estado ahí, para todos. Así que no puedo creer que la gente no esté para mí. Es egoísta, pero es mi mundo, mis reglas. Y podían irse todos a la jodida mierda, porque lo único que deseaba era no golpear mi rostro más en el fango.
Y ella apareció. Como siempre lo hace cuando la necesito. Como si mi padre, del más allá, le susurrara al oído "Nicole, Chika...llama a mi hija, te necesita".
Y me olvidé de todo, y descargué ira, y la escuché, y me reí, y fumé y pensé que no todo estaba mal si ella estaba conmigo.
Porque siempre me caes del cielo, Chika...
Sería...
1 comentario:
Te quiero <3
Publicar un comentario