Estábamos locos. Lo sabías. Y como que no te importaba.
Cómo hubieses disfrutado el hecho que no fumo. Ni tomo, tu sueño dorado, sin saberlo. Tus últimas risas, entremezcladas con toses, quedarán grabadas. Sabías que algo malo pasaba, pero te gustaba fingir que la vida era perfecta.
No olvidaré las de veces que me odiaron por ir conversando contigo. Ni mucho menos las enemigas que me gané porque tú dejabas claro que me preferías. Galán de galanes. Créeme que me sentí la mujer más afortunada del mundo cuando me dijiste que me adorabas y que eras la única mujer que querías y respetabas. Que era tu amiga.
Ya no volverán. Esos raros episodios de nuestras vidas juntos. Esas maneras sencillas que teníamos. Esos jugos de piña. Esas corridas por los parques. Esos momentos ociosos, con un café. El hecho de acostarnos en el pasto, a tomar sol, ojos cerrados. Y sentir, silenciosa, como tus dedos juegan con los míos.
Éramos más que amigos. Éramos cómplices. Y luego, la adultez nos alejó. Las banales responsabilidades nos entregaron pequeños y alejados momentos juntos...
Que ya no nos veamos, no significa que me deje de gustar tu sonrisa...
Fue una de las últimas cosas que me dijiste. Y la recordaré. Siempre sonreír, siempre recordar, siempre sentir que estás aquí. Para que así, nunca te vayas. Pasar más tiempo con los que quedaron. Sacarme fotografías con ellos. Nunca quisimos una foto juntos. No sé porqué. Y si hubo alguna, quedó en ese disco duro que decidió morir. Es extraño, ¿no crees?
Sé que no es mi culpa. Sé que no debería pensar ello. Sé que no te agradaría. Sé que las cosas pasan por algo, que con o sin visita, hubiese pasado igual. Que era tu tiempo, que queda el consuelo que fuiste feliz hasta el último instante, que la sonrisa no se te borró, que no nos dejaste vacíos, que nos preparaste. Sé que era tu destino.
Pero...¿alguien entiendo lo que siento? Yo sí...y duele...
No hay comentarios:
Publicar un comentario