Cuando no

Hoy tuve de esas charlas reveladoras. De esas conversaciones que no te hacen sentir, sino pensar. Y hablando de sentir...no, no me volví un témpano. Digamos que agarré, de la nada, inteligencia emocional. Ni se imaginan lo que significa racionalizar cada cosa que sientes y, además, pensar con lógica. Hasta estoy ordenada, mi cuarto es casi una ilusión.

En fin. Hoy conversé unos momentos con la maravilla en vida que es el Ale. Me vino a dejar un par de cigarrillos de contrabando. Ni siquiera Beto sabe que los vino a dejar. Y se quedó sólo unos minutos. Los suficientes para exponerme su opinión.

Respecto a toda esta lejanía, a toda esa desintoxicación de mi vida (sí, no son todos, pero algunas personas me tenían envenenada), me dijo que todos estaban muy egoístas. Le pedí que se explicara un poco y puedo decir que comparto su punto de vista.

A pesar que de buenas a primeras me molestó que me dejaran marchar con tanta facilidad, irónicamente aquellos que respetaron el hecho de alejarme, a pesar de que encontraban mis argumentos sin valor, son a los únicos que les hablo ahora. Y aquellos que intentaron obligarme a no hacerlo, a que mi decisión era estúpida y me condicionaron al punto de sentirme culpable, de esos ya nada sé después que quisieron largarse.

No estaban preocupados de que yo me marchara. Estaban preocupados de lo que serían ellos sin ese pedazo de vida. No es hacerme la importante, pero era algo que los movía. Aquellos que respetaron, entendieron que yo estaba pensando por mí. No era un afán de dañarlos o de llamar la atención. Era la necesidad de sanarme. Los que no quisieron entender, fueron unos egoístas que solamente pensaron en sí mismos.

Es increíble lo rápido que el corazón deja de querer cuando racionaliza todo. Lo poco que nos importa que nos hayan dejado, cuando notas que en realidad no les importabas en sí. Lo lamento, pero mostrar careta de mártir por un lado y luego, soberbia total...para bipolares e incongruentes me basto conmigo, ¿no creen?

Gracias por respetar la decisión de marcharme. Tengo mis tiempos y mis propios asuntos. Los que saben cómo, pueden venir a verme. Los que no, simplemente pregunten. Mi hogar no está vetado para nadie. Ustedes me han hecho sentir bien, a pesar que no acepten mi decisión de "abandonarlos". Pero me agrada que sepan que todo lo estoy haciendo para mejor.

Por primera vez en mi vida, pienso en mí. Si me marcho, es porque YO quiero irme, nadie me empuja ni me voy por nadie. Si vuelvo, es porque YO quiero volver, nadie me llamó ni me obligó. Si les hablo, es porque quiero. Si no les hablo, es porque no quiero. Sencillo.

Por esta vez, les pido a todos mis amigos, que entiendan. Voy a ser individualista, yoísta, narcisista, egocéntrica y orgullosa al extremo. Velaré solo por mí y mis propios intereses. Quédense con la seguridad que no pasaré a llevar absolutamente ninguna de sus prioridades, pero que tampoco los pondré por sobre mí.

De ahora en adelante, seré una niña buena y obediente y aplicaré lo que mi madre me enseñó e inculcó desde pequeña. Si no les agrada, tienen la libertad de marcharse. Si lo aceptan, bienvenidos sean.





















Primero yo, segundo yo, tercero yo, cuarto yo, quinto yo, y sexto...sexto yo...