domingo, 23 de enero de 2011

Apolineo & Dionisiaco

Es extraño de explicar. A veces no comprende la gente muy bien esto de seguir una religión olímpica, con adoración a Gaia, y filosofía apolínea y dionisiaca. Pero como no voy a dedicarme largamente a explicar todo lo que significa mi creencia, me centraré más que nada en mi filosofía. Nótece que nada tiene que ver con mi religión.

En cierta forma, rescato las enseñanzas griegas. Apolo representa la poesía, las artes. Pero llevándolo más allá, para mí el pensamiento apolíneo es el crecimiento de mi mente, de mi espíritu, de mis sentimientos, mi personalidad. Es ir evolucionando como humano de manera sublime, al llevar al límite mis propios límites.

Crecer apolíneamente es calmar nuestra sed de conocimiento. Pero más que aprender, es poder aprender, asimilar y aplicar. Cada cosa que logres, de una u otra forma te servirá en la vida diaria. Y no solo eso, también comienzo a conocer los recovecos de mi mente, comienzo a comprender mi manera de pensar, mi manera de reaccionar. Puedo entender el porqué hago ciertas cosas y porque otras no. Logro un saber de mí misma, a través de la reflexión, de la aplicación, de la lectura, de escuchar y de hablar. Porque el crecimiento apolíneo no es solo tomar información y asimilarla. También debes entregarla, debes escuchar, pero también hablar. Enseñar, mostrarle a la gente lo que tú has descubierto. Pero tener la suficiente humildad para entender que solo eres un medio. Un medio único e irremplazable, pero medio al fin. Y aunque seas irremplazable, debes tener la conciencia que existen muchos más medios que también son irremplazables.

Tu crecimiento es único. Y cuando has decidido que comienza, puede llevar un día, o un año. El tiempo lo decides tú. Porque a través del crecimiento apolíneo, vas tomando posesión de un razocinio respecto a ti. Y una manera de comprender cuándo estás preparado para el siguiente proceso.

También a veces debes volver poco tiempo al período apolíneo, pues has faltado en algo. Y debes analizar en qué, y remediarlo, para no equivocarte de esa manera, de nuevo. Solo así podrás abandonar el proceso anterior que has abandonado.


Luego viene la etapa dionisiaca. Cuando estás en esta etapa, el crecimiento hacia la perfección humana se logra a través de la carne y los placeres mundanos. Es conocer de lo que está hecho el mundo material, y poder disfrutarlo en todo su esplendor, sin llegar a corromper el alma (o, en este caso, destruir el crecimiento apolíneo ya conseguido).

La gracia de esto es no sentir vergüenza de nuestra condición de humano, y no solo enorgullecernos de ser "seres pensantes". Basta ya de menospreciar a los instintos, es sacarle partido. Es disfrutar. Es enaltecer tus sentidos, y no reprovecharse el saciar la carne, sin importar a través de qué "pecado" se haga.

La gracia de estas dos posturas es no solo conocer el cielo de la humanidad, sino también el suelo de la animalidad. Ambos, unidos, conforman el ser humano en plenitud Así se justificaría el hecho de ser doblemente "sapiens", pues se tiene el conocimiento, y la claridad de los instintos.

Cuando comencé con esta filosofía, fue porque me sentía abrumada. Tuve un crecimiento apolíneo y dionisiaco a la vez. De echo, mi maestro fue Nikolais, y él me colocó "Apolínea y Dionisiaca". Por distintas cosas que decía o hacía. Entre que aprendía, entregaba, recibía, enseñaba. Pero se fue, si más. Y sin ése maestro, me sentí a la deriva, completamente abandonada.

Así que comencé sola. Con lo que recordaba. De a poco fui entendiendo. Me fui juntando con personas que tenían que enseñarme más que una amistad. Y comencé a absorver conocimientos de manera tan extraña que sentí que explotaría. Y mi cabeza no daba más. Y entendí. Tenía que crecer dionisiacamente también. De nada servía que tuviese todos los conocimientos si mi cuerpo se sentía abandonado.

Y empezó todo. Por períodos largos o cortos. Más de una vez me centré por más de un año en el crecimiento apolíneo. Abandoné todos los placeres que podía y me dediqué a enaltecer mi alma. Mis períodos dionisiacos nunca duraban más de 6 meses. No porque no quisiera, sino porque empezaba a encontrar el vacío del alma y la inconciencia de aquel aprendizaje mundano.

Hace ya unos meses había comenzado un crecimiento dionisiaco. Y lo abandoné pues cometí un error. Y la única manera de corregirlo era pensando. O más que pensando, o más que corregirlo, era entender porqué abandoné aquel proceso de forma tan hiriente.

Ya comprendí. Tengo mi crecimiento apolíneo listo. No puedo darme el lujo de crecer mi alma durante meses o años como antaño. Mi alma tiene una ventaja abismante con mi cuerpo. Y la única forma de encontrar aquel equilibrio místico, es hacer crecer mi cuerpo. Ahora lo haré de una manera ciertamente diferente, pero es mejor.

Y ustedes se preguntarán el porqué de la desesperada búsqueda que el alma y el cuerpo estén a la par. Pues cuando esto suceda, el Compañero del Camino aparecerá. Y la gracia es que todo aquello que quede por aprender, se aprenderá con él, pues también ha vivido su proceso y su equilibrio. Es para prepararse a la comunión con Gaia. Es para que cuando le tenga que rendir cuentas a Radamanthys, me sea permitido ver a mi diosa protectora, que será quien me envíe a la comunion con el Universo mismo.

Bueno...espero que esto les sirva un poco para comprender. Es una locura, pero es lo que creo. Han de entender que no espero que crean. Simplemente me gustaría que ya no trataran de frenar ciertas cosas, ni mucho menos que vivan otras. Si no tienen un fin, o sin comprender, mejor no.

Los amo!! =D

1 comentario:

Krissita dijo...

Yo no se en que estapa estoy
quizas estuve en la etapa del conocimiento y necesite la etapa "carnal" y asi este en un "circulo vicioso" sin abusar.
me gusto tu entrada del blog, me gusto entender de que se trata las etapas y mas me gusta como estas tu ^^


kisses