Catarsis

La última entrada antes de ir a ducharme, mientras me fumo un cigarro. Me superé a mí misma. Cuatro entradas el mismo día. Y tal vez escriba más cuando vuelva.

James dice que estoy canalizando mis cosas en este blog y que eso es sano. Y tal vez tenga razón. Lo uso de catarsis, para sacarme todo lo que hay adentro.

Hace poco descubrí que aún conservo corazón. Tal vez no para lo que quisiera, pero algo es algo.

¿Y esta entrada?, ¿para qué es?

Simplemente voy a escribir. Primero, sobre la discusión que tenía con Cris hace un rato por msn (y que quedó en "pause" porque lo hablaremos cara a cara en un rato).

No me gusta ser dependiente. Siempre lo he dicho. No dependo de mi madre, mucho menos de otras personas. Me enseñaron desde niña a bancármelas sola, a sobrevivir sola. A los 5 años me enseñaron a pelear para que los niños del curso no me molestaran. Luego tuve que sobrevivir en un colegio de mujeres. El que crea que donde solo hay mujeres, o niñas, en un lugar todo es rosa, está equivocado. Las niñas son crueles, son hirientes. Se burlan de ti, de tu familia, hasta del hecho que tu padre ha muerto. Y para sobrevivir en ese mundo había que hacerse respetar...¿cómo? Aprendí que con ellas los golpes no funcionan. Pero que las palabras son aún más dolorosas. Armarse una coraza para que, si te dicen algo, no parezca que te importa...aunque por dentro te destroce el alma.

Luego llegué a un colegio mixto, donde tenía que ver el mundo que significaba estudiar con hombres. Que les gusta mirar bajo las faldas, que les encanta hacerte sentir inferior. Sobretodo si eres de las feas del curso. Y ahí fue más sencillo. Llevaba la coraza, no iban a derrotarme. Y fue tanto lo que me protegí, que me transformé en uno de ellos. Mientras todas las mujeres almorzaban juntas y hablaban de minos, yo estaba con los chicos, con un almuerzo para 10 personas y hablando de fútbol. Sí, tampoco fue sencillo ver como mis pares, mis compañeras, me aislaban porque no enloquecía con la última cartera de Chanel.

No hablaré de la universidad. Sólo mencionaré el hecho de que ahí por fin tuvieron que protegerme. Pero después...me dañaron, me hicieron mal. Y quienes me protegian, dos se habían marchado de aquel lugar (y supieron lo que pasaba muchos años despues) y el otro, ese que decía amarme como nunca antes habia amado...él era el principal en destrozarme...

Así que, después de eso, decidí que no volvería a ser doncella en peligro. No dejaría que me cuidaran, no permitiría que me tranquilidad dependiera de alguien. Y me armé. Y me puse armadura, y me armé, espada al cinto y lanza a la mano. Y salí al mundo. Y me generé una fama. Y nadie se atrevia siquiera a decirme algo. Porque atacaba. Y me defendia más que gata de espaldas. Y si lloraba, era sola. Porque nadie me cuidaba. Porque así me enseñaron desde niña. Y la única vez que pude olvidarlo...fue peor.

De paso olvidé amar también. Por lo menos, a parejas. Y me volví caprichosa. Completamente. Y luego...luego la vida siguió normal. Y patenté miradas asesinas, miradas esquivas y la frase "estoy bien, tranquil@".

Y ahora...me piden que dependa, que no luche sola. Sé que es difícil y mis testarudos sí que son testarudos. Pero de verdad...¿creen que un guerrero dejaría la batalla a la mitad para que lo sacaran y lo ayudaran a sanarse y armarse? Nunca tuve escudero, ni para eso dependía de alguien.

Quiere que sea indefensa, que sea dependiente...no puedo...no quiero...temo serlo...


Sería...