jueves, 8 de octubre de 2009

Música

La canción obsesiva del día...¿dónde estoy? En casa de nuevo...se me quedó la polera del Cris y la vine a buscar. Aprovecharé de comer algo, que estos días han sido realmente famélicos...¬¬. Y mientras espero que hierva el agua para servirme un poco de avena con leche, escucho la misma canción una y otra vez. Desde ayer que la escucho. Segunda vez en el año que me pasa lo mismo. Repetir más de 100 veces la misma canción hasta casi volverla parte de ti. Pero esta canción en particular tiene algo especial...

¿Qué?

Pues...la sensación que no me pertenece, pero me encantaría que perteneciera. Es decir, la escucho una y otra vez y me encantaría que fuese mía. Pero no lo es. Y no lo será tampoco. Tendría que, prácticamente, nacer de nuevo. Y como que no puedo hacer eso. La Carya se pasea por todos lados, alrededor de mí, como si supiera que es su presencia quien me hace sentir mejor, como si supiera que el hecho que esté aquí, conmigo, hace que mi vida roce la perfección...¿sabrá acaso cuanto la amo?, ¿sabrá acaso que cuando no está la extraño a más no poder?, ¿sabrá acaso que la encuentro hermosa y que sus ojos son los más bellos que he visto en mi vida?, ¿sabrá, o sentirá, por un mínimo tiempo, por microsegundos siquiera, que es lo más importante en mi vida?, ¿sabrá que es ella mi refugio, mi alegría, la fuerza que saco para seguir, con tal de no dejarla sola?

Lo dudo...tal vez no lo sabe. Pero debe presentirlo, pues ahora me mira. Y en sus ojos curiosos, mielosos, puedo ver una sonrisa tránsfuga, esquiva...como las mías.

Y la canción vuelve a sonar y Carya me vuelve a mirar, para luego comenzar a cerrar los ojos. Se comienza a dormir, arrullada por las mismas notas que a mí me han tenido en un famélico insomnio...y por más que pienso las cosas, no logro asimilar absolutamente nada. Y Carya apoya su cabeza en Salazar...¿sabían que Carya adora a Salazar? Me regalaron mi serpiente gigante cuando Carya era una bebé. Y ella se acostaba en el centro de Salazar, esperando que yo terminara de enrrollarlo y ella sentirse protegida por la viborística presencia del peluche. Y ahora, más grande, apoya su cabeza en la de la serpiente y se duerme. No sé a quién le gusta más Salazar. Si a la Carya o a mí. Creo que mi gata es Slytherin...definitivamente.

Y otra vez los sones y Carya se mueve en sueños. En sueños con leche, pescado y tal vez, solo tal vez, yo. Y pasa el tiempo, y sigo sin comprender...

¿Por ué escucho tanto una canción que jamás me pertenecerá?

No lo sé. Solo sé que ayer no dormí por pensar en lo de la entrada anterior. Y cuando por fin concilié el sueño...tuve que levantarme para ir a la U. Al final no fui. Perdí mi mañana vagando por lugares que sólo yo conozco. O sólo yo aprecio para vagar un jueves en la mañana. Y luego tuve que volver...había olvidado la polera de Cris y comer...

Últimamente olvido muchas cosas...menos las que me interesan olvidar...

Quiero perder la memoria...creo que es la única forma de poder comenzar de nuevo...porque perdonar?...no puedo...por más tiempo que ha pasado, no me puedo perdonar...no sólo necesito que me enseñen a amar, sino también a olvidar, a perdonar, a comenzar de nuevo...

Y la canción empieza de nuevo y hoy, sin querer recordé, que tendría 2 años y 3 meses...y es una estupidez!

Sería...

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