jueves, 1 de octubre de 2009

Caprichosa

En mi vida he tenido dos caprichos importantes. No suelo encapricharme con cosas, sino con personas. Las quiero para mí, las atrapo, armo una trampa de la cuál no pueden salir y no se dan cuenta cuando ya son míos. Sí, podrían catalogarme como "femme fatale", pero disto mucho de aquel apelativo.

¿Por qué?

Porque no me encapricho con cualquiera. Tienen que tener ciertas características, ciertos dones. por ejemplo, su edad, su textura, su risa, su forma de hablar, su mirada...oh, su mirada...

Pues bien. He de jactarme que las dos veces que me encapriché todo ha salido como he querido. Pero no crean que fue fácil. Mi segundo capricho fue un trabajo arduo, de tres meses. Si, puede sonar poco como puede sonar mucho. Pero mi primer capricho fueron cinco años. Sí señores, leyeron bien. Me demoré cinco años en realizarlo. Y créanme que tengo la paciencia para esperar.

Pero la gracia de esta nota no es jactarme de estos caprichos. Si no que hablar de mi último capricho, del que ostentaba el título de "tercero". Y sí, no me equivoqué. Ostentaba, en tiempo pasado.

Algo pasó. ¿Qué? No lo sé. Pero he decidido que él no será capricho más. No, no es que no lo merezca. Vaya que si lo merece. Pero me di cuenta hoy, después de un par de cafés, de una tostada, de un volcamiento de moka, de una flor con centro de azúcar, de cigarros, de ira, lágrimas, suspiros, sonrisas, preocupaciones, amistades reales y mis dos Theodore que no quiero a este capricho.

¡Por qué?

No lo sé. Simplemente no lo quiero. Porque no vale un encaprichamiento. Porque, a pesar que jamás hice sufrir a mis caprichos anteriores, por primera vez me importa lo que estoy sintiendo...o lo que puedo llegar a sentir.

Es decir...al hablar (o intentarlo) con mis Theodore, me di cuenta que suelo dejar para el final lo que debería ser lo primordial. Yo.

Y tal como uno hoy llegó a "botar" un café para hacerme carcajear y el otro me sostuvo firme, cuando me quebré en trocitos ínfimos, creo qeu esta es la mejor forma de agradecérselos.

No más caprichos. No más ver personas como objetos. No más ignorar mis sentimientos. No más miedo, no más soledad. Os prometo valor, intentar alegría y, sobretodo, os prometo cuidar lo que me haga feliz. Tal como a ustedes se los he hecho jurar.

¿Caprichosa? Ya no. Suena mejor "Amante" ^^

Sería.

2 comentarios:

Theo dijo...

Con un cigarro en la mano, un cenicero improvisado y mucho sueño.

Caminando con olor a moka,actitud de "el que me mire le sacare la cresta" me puse a pensar o almenos trate de hacerlo, recordando muchas cosas, me di cuenta de que siempre cuando has necesitado una palabre de aliento de parte mia no la has encontrado almenos eso es que creo, no es porque no me importe o algo asi, solo que nunca me he refujiado en alguien, siempre he resuelto solo mis problemas, por eso no se como "actuar" en situaciones, con esto no estoy diciendo que no cuentes conmigo sabes que para lo que quieras estare ahi, solo lo escribo para que no mal interpretes y pienses que no me importa, porque te digo todo esto?, me lo he preguntado mucho desde que lo descubri y aun no llego a una conclusion...

Cuando lei la palabra capricho, casi automaticamente recorde un viaje en la micro cuando me dijiste "todos mis amigos me cumplen mis caprichos,pero contigo no me resulta, no me cumples los caprichos".

Te doy las gracias por esta entrada me alegra saber que estoy presente.


Me faltaron muchas cosas pero prefiero decirtelas en vivo mirandote a la cara...

Rodrigo.- dijo...

Kaxay que estai canalizando tus cosas por acá?
Lo encuentro bueno, mucho más sano.

Un besototote!

Te quiero