Es increíble. Cuando nos damos cuenta de lo idiota que fuimos, de lo abusivos que fuimos y, sobre todo, de lo humano que fuimos...da rabia.
Da rabia darme cuenta lo inútil que fue todo este proceso. Da rabia darse cuenta que al final, todo salió igual. Da rabia notar que no valió la pena volver a sonreír, creyendo que aún teníamos la esperanza de arreglar lo que habíamos hecho, porque pensamos que éramos humanos, y podíamos perfectamente cometer errores.
No, no podemos equivocarnos. No, porque nuestros errores fueron graves, y crueles, y sin sentido. No, porque hace mucho se decidió. No. Imposible eso. En fin.
Me duele. Me duele en el alma misma que haya pasado esto. Me duele demasiado. Tengo un nudo en la garganta, pero no lloro. Me gustaría, claro está. Así tal vez este hielo en el pecho se marcharía. Pero no. Ahí está. Y la garganta está apretadísima, apenas trago. No me sentía así hace años. Prefería botar todas las penas de inmediato, con sus buenas dosis de lágrimas. Pero ahora...nada.
¿La verdad? Tienes razón. Tu conciencia tranquila. ¿Sabes? La mía también, porque yo aguanté cosas peores de tu parte. Así que si ambos con la conciencia tranquila, todo bien, ¿no?
Pues no, porque, además, yo te quiero...
Ya no me esperen, no volveré...
1 comentario:
No, no todo bien.
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